Después
de sufrir un nocaut aplastante frente a su público en el UFC Goiânia,
el 9 de noviembre, Rony Jason no podía manejar la mezcla de ira y
frustración. Una
vez fuera del octágono, de camino a los vestuarios, Ceará dio un
codazo, rompiendo la pared y se acabó abriendo una gran herida en el
brazo.
En
una entrevista, el atleta contó lo que pasó por su
mente en el momento de la actitud intemperante y mostró arrepentimiento.
"Me arrepiento de lo que hice. Terminó superando mi tristeza conmigo, fue mi manera de desahogarme. Yo era el único chico invicto del equipo Nogueira, tenia una gran responsabilidad. Mi ciudad no tiene muchas alegrías, y saber que no podía alegrar mi pueblo es muy triste. Llegada a mi pueblo y escuchar a la gente diciendo que clamaban por mi derrota es muy triste para mí", declaró.
Tras
el incidente, Jason recibió una sanción de 30 días por
"conducta antideportiva en la zona de los vestuarios después de la pelea. "El luchador, sin embargo, lo consideró como una medida justa.
"Creo que es justo. Creo que un atleta que se prepara no puede tener esa actitud. Yo estaba muy mal, pero yo soy un ser humano antes de ser luchador. A veces yo me puedo exaltar un poco, pero esta acción no fue nada agresiva. Era más un acto de tristeza, incluso", dijo el atleta, que tomó 35 puntos entre el antebrazo y bíceps.
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