Ni las fiestas de fin de año parecen haber disminuido la indignación de los ex combatientes contra la organización dirigida por Dana White. El miércoles (24), Brandon Vera y Pablo Garza se unieron a la demanda en contra de la UFC, iniciada por Cung Lee, Jon Fitch y Nate Quarry.
Además de la declaración de que la UFC a través de conspiraciones ilegales violó un código para crear un mercado no competitivo y restringir la capacidad de beneficio de los combatientes, la acción también afirma que la franquicia coacciona a los combatientes a renunciar a sus derechos.
"No me trataron como deberían. Siempre he sido un trabajador honesto, nunca hice nada malo. Nunca golpeé a mi esposa, por ejemplo. Nunca hice nada ilegal. El respeto no estaba allí", dijo Brandon Vera, que pasó nueve años en el UFC y ahora lucha en One FC.
Otro luchador que se unió a la demanda contra de la UFC, Pablo Garza, quien fue despedido después de perder tres de sus cuatro peleas, publicó en su cuenta de Facebook cada nota que la organización repudio y reveló que ha sido el único en no firmar una petición que "protegiera" el UFC.
"En 2012, todos los luchadores del UFC fueron llamados a firmar una petición afirmando que la organización no es un monopolio y que tratan a los luchadores de forma justa. Yo fui uno de los pocos que no firmó", escribió.
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